lunes, 25 de julio de 2016

SOBRE EL ESTADIO DEL ESPEJO : FRANÇOISE DOLTO Y SAMI-ALI


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  Escrito por Luis Roca Jusmet

Hay que mencionar igualmente, por sus interesantes aportaciones al tema del estadio del espejo, las reflexiones de otra potente psicoanalista francesa, Francoise Dolto ,contemporánea de Lacan. Sobre todo es fundamental su noción de imagen inconsciente del cuerpo. Parte de una diferencia básica entre el esquema corporal y la imagen del cuerpo. El primero es considerado común a la especie según la matriz de las características temporales y espaciales, ya que es el cuerpo físico, presente en el marco de la experiencia inmediata. Se basa en unas características innatas que se estructuran mediante el aprendizaje y la experiencia. Pero este esquema corporal es portador de una imagen inconsciente del cuerpo, que no es específica sino singular, y que es la síntesis viva de nuestras propias experiencias emocionales, eminentemente inconscientes. Es el soporte del narcisismo y tiene relación con el goce y con el lenguaje, por lo cual entrelaza en su formación el registro imaginario y simbólico.La imagen del cuerpo, al contrario que el esquema corporal, pertenece al orden del deseo y no al de la necesidad. Es también el inconsciente, lugar donde se elabora la experiencia profunda del sujeto. 
 Tiene tres aspectos dinámicos, el primero de los cuales es como imagen de base, que quiere decir como narcisismo primordial que nos da una identidad permanente en nuestro devenir individual. La psicoanalista da a esta noción de narcisismo primordial un sentido positivo, ya que es lo que nos liga a la vida y a la propia auto-aceptación ( lo que hoy se llama la autoestima) El segundo aspecto es el que nos posibilita una imagen funcional, que quiere decir una imagen dinámica en la que se encarna el sujeto del deseo. Nos permite salir del cuerpo biológico para querer vivir y  para ser un cuerpo deseante.El tercero, vinculado al anterior, es la condición para la imagen erógena, donde se focalizan el placer/ displacer erótico en relación con el otro. Si la denomina inconsciente es porque piensa que, paradójicamente esta imagen no es representable, y que es lo que el cuerpo aporta al inconsciente. Los tres aspectos combinados constituyen una especie de  matriz corporal de la subjetividad.Hay una polémica muy rica entre Dolto y Lacan sobre el estadio del espejoen la que la primera defiende la existencia de un narcisismo primario positivo, que en cierta forma es el portador de la energía vital con la que nos identificamos. A través del estadio del espejola autoimagen se sostiene por la palabra de la Madre, que es la que permite articular positivamente el imaginario y lo simbólico en el niño y Dolto considera siempre que la imagen especular ha de estar ligada necesariamente a la palabra, a lo simbólico, para llegar a buen puerto. Polemiza con Lacan  porque considera que éste tiene una concepción totalmente negativa del imaginario en la medida que lo vincula inevitablemente al quedar atrapado en la rivalidad agresividad y en un callejón sin salida narcisista. Françoise Dolto cuestiona además algunas afirmaciones lacanianas como la afirmación de que la reacción del niño frente a esta imagen especular es de júbilo. Las considera excesivamente especulativas y sin contrastación empírica, Pero en lo que difiere radicalmente de Lacan es en el carácter puramente óptico y visual que da esta experiencia., ya que la psicoanalista  la relaciona con una sensorialidad más amplia y explica de manera concreta como, por ejemplo, los ciegos de nacimiento viven esta identificación imaginaria en una modulación diferente. 
 Gerard Guillerault, que ha trabajado a fondo la relación entre los dos grandes psicoanalistas, nos muestra lúcidamente lo que les une, que finalmente  es que ambos aceptan una falta estructural en el ser humano, es decir, que hay algo incompleto en la imagen que no puede simbolizarse, de lo que no puede hablarse. Quizás no acabemos de entender a que se refiere pero intuimos que hay algo se nos escapa en la imagen de nosotros mismos y que tampoco la palabra puede expresar. Si para Françoise Dolto este enigma nos vincula al elemento más luminoso de la condición humana, para Jacques Lacan lo que expresa es su aspecto más oscuro y tenebroso.  

domingo, 29 de mayo de 2016

ENTREVISTA A MASSIMO RECALCATI

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Escrito por Luis Roca Jusmet

 La colección Mirar con las palabras, de Xoroi edicions, ha publicado recientemente un trabajo esencial de Massimo Recalcati  bajo el título de  ¿Qué queda del padre? La paternidad en la época hipermodernaen una excelente traducción de Silvia GrasesRecalcati es, además de uno de los más prestigiosos psicoanalistas italianos, un reconocido articulista y personaje mediático en su país. Por una parte, el psicoanalista italiano ha tratado de lo que llama la Clínica del vacío, que sería una reformulación clínica muy renovadora del malestar contemporáneo. Por otra parte, aunque relacionado con lo anterior, ha profundizado en otro tema que es el del declive del Padre como fenómeno social que se da en el marco del tardocapitalismo y que coincide con el dominio del consumo de mercancías, químicas y tecnológicas, que se convierten en los objetos inmediatos de goce. Esta reflexión conduce a Recalcati a un análisis sobre la crisis de la figura paterna en la sociedad en la que vive (que es la italiana,  pero que tiene claros elementos comunes con la nuestra y con toda la sociedad occidental). Esto le llevará a la sugerente propuesta de lo que llama el  complejo de Telémaco como sustitución del complejo de Edipo. Antes de la publicación de El complejo de Telémaco. Padres e hijos tras el ocaso del progenitor, Massimo Recalcati escribe en el año 2011 el libro que nos ocupa. Es un libro imprescindible que  marca las líneas maestras que le llevan a su propuesta posterior. Un libro, en definitiva, más que recomendable para todos aquellos que quieran entender qué es lo que pasa hoy en esta sociedad que  etiquetamos bajo el tópico de “una sociedad sin valores”.
A partir de la publicación de este libro,  Luis Roca Jusmet entrevista a Massimo Recalcati. Estas son las preguntas y estas son sus respuestas.
¿Qué relación hay entre el declive del padre y lo que llamas la clínica del vacío? Planteas  que la clínica del vacío cuestiona la estructura clínica neurótica del sujeto dividido, la represión y el inconsciente, pero que al mismo tiempo no cuestiona las estructuras clínicas.
La clínica del vacío es una clínica que está caracterizada por el eclipse del deseo. Esta clínica no coincide con la psicosis, pero no se refiere tampoco a la denominada organización borderline de la personalidad. La clínica del vacío es una clínica que funciona en ausencia del inconsciente, en ausencia de lo que podemos llamar el síntoma metafórico, basado en la represión y el retorno de lo reprimido. El ejemplo más evidente de esta clínica del vacío es el de la anorexia: aquí el sujeto custodia un vacío disociado de la falta. Se aniquila el deseo y en esta medida no puede transformar el vacío en falta. Hay un proceso en el que se borra toda huella del sujeto del inconsciente. De esta forma hay únicamente un goce narcisista, un goce uno sin partenaire sexual. Es todo Yo y el sujeto queda totalmente disociado del Otro. Es el paradigma “frío” más puro de la clínica del vacío.
¿Quiere esto decir que la clínica del vacío haría referencia a una estructura clínica perversa o psicótica?
La clínica del vacío tiene en común con la psicosis y la perversión la primacía de lo real y de lo imaginario sobre lo simbólico. Primacía de lo real quiere decir aquí desregulación pulsional. Primacía de lo imaginario  basada en la fetichización del Yo y de sus objetos. Ni lo real ni el yo quedan vinculados al inconsciente. Falla lo simbólico, el Ideal que se transmite por la metáfora paterna,
La figura del padre que defiendes cuando hablas del complejo de Telémaco y que sustituiría a la del que surge del complejo edípico, ¿no es demasiado amable como para ser un agente de la prohibición? ¿Consideras necesario, como hacen algunos, reivindicar la autoridad de este padre en declive para restablecer este orden simbólico en crisis?
Cuando hablamos del padre que está en declive estamos hablando del padre de la ideología patriarcal, que no es otra cosa que el Padre-Amo. No lo podemos idealizar. Su voz es la de una ley que excluye la excepción y la de una autoridad que excluye el deseo. Su pedagogía es de naturaleza fascista. Este padre es el que habita las pesadillas de la neurosis, es el de la ley, que goza al infligir su castigo. La neurosis no deja de ser una interpretación exclusivamente sacrificial de la ley. No capta, por citar una máxima evangélica, que no es el hombre el que está hecho para la ley, sino que es la ley la que está hecha para el hombre. Frente a la evaporación de esta figura de la paternidad no hay necesidad de sentir ninguna nostalgia.
¿Cuáles son las implicaciones políticas de este declive del padre? ¿Es Berlusconi un síntoma político de este declive del padre?
El berlusconismo ha mostrado los efectos de la caída del padre. Ha reducido al padre a la triste  figura del “papi” en la que este aparece con la forma de la farsa. Ha invertido la idea del padre como símbolo de la Ley de la castración, que limita el goce, en la del “papi”. Es la  expresión del goce que deviene la única forma de Ley.
 También el movimiento 5 estrellas¿cuál es su papel respecto a este declive del padre?
En el movimiento 5 estrellas la figura de Grillo introduce, por el contrario, la figura de un padre cuya apariencia es la del hermano, pero cuya prepotencia restaura la del padre freudiano de la horda. Él ha generado el movimiento 5 estrellas, él lo puede deshacer cuando quiera. En el movimiento 5 estrellas se predica la igualdad pero, al igual que en la granja de animales de Orwell, hay alguien que es más igual que los otros…

Agradecemos a Massimo Recalcati sus breves pero condensadas palabras. Y a Silvia Grases por habernos puesto en contacto con él y haber traducido sus respuestas.

miércoles, 18 de mayo de 2016

CUERPOS DEL INCONSCIENTE

Reseña de

Cuerpos del inconsciente. Sus paradigmas y escrituras.

José Angel Rodriguez Ribas



Escrito por Luis Roca Jusmet

José Angel Rodriguez Ribas es un médico y psicoanalista que ha trabajado a fondo el tema del cuerpo y más específicamente el de la psicomotricidad. Emprende aquí el esfuerzo, tan inteligente como tenaz, de sistematizar lo que se ha dicho sobre el cuerpo en la traición psicoanalítica que sigue la línea Freud-Lacan-Miller. La reconstrucción es precisa y rigurosa. Pero la ortodoxia del planteamiento no le convierte en un sectario ni mucho menos. Su fidelidad a la tradición que representa no le impide citar a otros autores que han trabajado en profundidad el tema, sean de otras escuelas psiconalíticas o no psicoanalíticas. Hay que agradecerle la falta de prejuicios en este sentido, incluyendo gente tan heterodoxa como Wilheim Reich. Personalmente pienso, de todas maneras, que Françoise Dolto merecía algo más de espacio, ya que su libro sobre la imagen inconsciente del cuerpo me parece un clásico. Igualmente me parece que los trabajos de Massimo Recalcati desde la nueva concepción que ha elaborado merece más atención. No se trata de una crítica al autor, que no puede abarcarlo todo, por supuesto, sino de intentar señalar caminos para profundizar más en el tema. El libro busca un equilibrio entre un publico más amplio que lo leerá como un ensayo y otro más restringido que lo utilizará como manual de consulta. Esto hace que mantenga las citas y las referencias básicas para este segundo grupo de lectores y que puede resultar algo exhaustivo para el primero. El itinerario, por la dificultad de seguir el vocabulario lacaniano y su densidad conceptual hace que el recorrido resulte difícil para los no iniciados. Pero lo bueno no siempre es fácil.
El tema del cuerpo es realmente fundamental y, como muy acertadamente señala el autor,tanto Freud como Lacan inician y acaban su trabajo teórico refiriéndose al cuerpo. Hay una ruptura, una discontinuidad entre el funcionamiento biológico del cuerpo y sus afecciones subjetivas. El cuerpo de cada uno de nosotros es singular y como tal no hay ciencia posible que lo aborde. Podemos estudiar estructuras físicas y procesos funcionales de manera científicas pero esto no significa que podamos entender un cuerpo si excluimos el sujeto ( y su inconsciente). El tema es tan complejo que el intento de José Angel Rodriguez Ribas de sintetizar sea prácticamente algo imposible. El cuerpo oscila siempre entre el Uno y el Otro, Es nuestra consistencia, lo que se resiste a la muerte.Pero ni podemos decir que somos un cuerpo ni que lo tenemos. Es finalmente el enigma del vivir y del morir, Es el soporte de donde emerge la subjetividad, que no deja de ser la inscripción carnal de los significantes, de las representaciones. Aborda también la complicada relación entre cuerpo, pulsión y goce. Y por supuesto la noción de cuerpo hablante y de su relación con la escritura.

sábado, 26 de marzo de 2016

DEL COMPLEJO DE EDIPO AL COMPLEJO DE TELÉMACO


El Complejo De Telémaco. Padres E Hijos Tras El Ocaso Del Progenitor (Argumentos)

Reseña

El complejo de Telémaco. Padres e hijos tras el ocaso del progenitor.
Massimo Recalcati ( traducción de Carlos Gumpert)
Barcelona : Anagrama, 2014

Escrito por Luis Roca Jusmet

 El tema de la paternidad está en el  orden del día. Los padres estamos desorientados, en un contexto de declive importante de la figura paterna. El patriarcado ha muerto o está, por lo menos en las sociedades occidentales, en vías de desaparición. Es ya la crónica de una muerte anunciada en el mundo por la globalización. Massimo Recalcati escribe un libro que muestra este panorama desolado, pero al mismo tiempo nos brinda una esperanza, una posible salida que no es ni la de la vuelta al autoritarismo ni tampoco en el quedarse en la lógica del todo vale.
  Recalcati es un psicoanalista lacaniano italiano que ha escrito sobre la anorexia, la bulimia y otras adicciones de una manera muy lúcida y renovadora, cuestionando la terapia cognitivo-conductista hegemónica. Pero no solo habla desde su extraordinaria capacidad de análisis, sino también desde una práctica terapéutica real. Ha desarrollado además un concepto muy fecundo, que es la de la clínica del vacío actual frente a la clínica de la falta descrita por Freud.  Lacan es, para Recalcati, el que pone las bases para esta transformación conceptual. La clínica de la falta  viene dada por  la falta de ser que habita en el sujeto dividido por la represión. Se manifiesta a través del síntoma, expresión del deseo reprimido. La clínica del vacío, en cambio, surge de la desconexión del sujeto con el Otro. Es el rechazo del Otro simbólico, del ideal. Es la búsqueda del goce sin la mediación del Otro. Y esto es lo que tiene que ver con el declive de la figura paterna, ya que se genera  una crisis de la autoridad simbólica que crea nuevos malestares subjetivos y sociales y también una nueva manera de expresión de las relaciones generacionales. Los hogares no tienen, en muchos casos, una ley que los regule. En estas nuevas generaciones sin Ley hay una caída del deseo, una falta de referencia y una esclavitud hacia el goce mortífero.
 Pero no se trata, plantea el psiconalista italiano, de querer restaurar al padre autoritario, sino de inventarse algo nuevo. No debe reivindicarse la disciplina perdida, sino la referencia ética del adulto, del padre, a partir de su testimonio.  Aquí justamente encontramos la originalidad de Recalcati: reivindicar a Telémaco en lugar de a Edipo.  Telémaco es un personaje que aparece en la Odisea de Homeror y que espera la vuelta de su padre, que se fue a la Guerra de Troya. El padre simbólico representa la Ley de la palabra como la ley del deseo. No se trata de la  transmisión de una herencia que hay que rechazar o repetir miméticamente, sino de un movimiento singular que nos permita retroceder avanzando, transformar la herencia no en lo que nos da la seguridad de una identidad dada, sino en una aventura, en un riesgo sin garantías. Edipo representaba al Padre como rival, en cuanto que era el portador de la Ley. La Ley de la palabra es necesaria porque nos humaniza, porque es la que pone distancia a lo inmediato. Nos permite un trabajo que nos dignifica, que sublima nuestras pulsiones, que da sentido a la vida a través de una ética. La Ley de la palabra nos permite esperar,  renunciar al goce inmediato y así generar el estado de falta que permite la aparición de un deseo más profundo, más propio, y canalizar las pulsiones.
 El grito del bebé es una petición, no solo referida a una necesidad sino también al amor, ya que sobre ella se apuntala la demanda de amor al Otro primordial materno, que nos atiende. De esta manera, somo algo para este Otro primordial, pero tan destructivo como no ser nada para él es serlo todo, porque entonces nos convertimos en su objeto. El Otro nos quiere y nos da algo inmaterial, en cierta forma nos da lo que tiene, porque no son objetos sino un gesto de amor lo que pide el niño. El Otro simbólico es el que nos separa del Otro pimordial, el que nos enseña la Ley de la palabra. Todos dependemos del Otro, aunque debamos ser autónomos. Nadie es autosuficiente, ni dueño de sí mismo. Hay que aceptar los límites y la deuda simbólica que tenemos con la generación anterior, hay que aceptar la propia filiación para superarla.

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