Escrito por Luis Roca Jusmet
La colección Mirar con las palabras, de Xoroi edicions, ha publicado recientemente un trabajo esencial de Massimo Recalcati bajo el título de ¿Qué queda del padre? La paternidad en la época hipermoderna, en una excelente traducción de Silvia Grases. Recalcati es, además de uno de los más prestigiosos psicoanalistas italianos, un reconocido articulista y personaje mediático en su país. Por una parte, el psicoanalista italiano ha tratado de lo que llama la Clínica del vacío, que sería una reformulación clínica muy renovadora del malestar contemporáneo. Por otra parte, aunque relacionado con lo anterior, ha profundizado en otro tema que es el del declive del Padre como fenómeno social que se da en el marco del tardocapitalismo y que coincide con el dominio del consumo de mercancías, químicas y tecnológicas, que se convierten en los objetos inmediatos de goce. Esta reflexión conduce a Recalcati a un análisis sobre la crisis de la figura paterna en la sociedad en la que vive (que es la italiana, pero que tiene claros elementos comunes con la nuestra y con toda la sociedad occidental). Esto le llevará a la sugerente propuesta de lo que llama el complejo de Telémaco como sustitución del complejo de Edipo. Antes de la publicación de El complejo de Telémaco. Padres e hijos tras el ocaso del progenitor, Massimo Recalcati escribe en el año 2011 el libro que nos ocupa. Es un libro imprescindible que marca las líneas maestras que le llevan a su propuesta posterior. Un libro, en definitiva, más que recomendable para todos aquellos que quieran entender qué es lo que pasa hoy en esta sociedad que etiquetamos bajo el tópico de “una sociedad sin valores”.
A partir de la publicación de este libro, Luis Roca Jusmet entrevista a Massimo Recalcati. Estas son las preguntas y estas son sus respuestas.
¿Qué relación hay entre el declive del padre y lo que llamas la clínica del vacío? Planteas que la clínica del vacío cuestiona la estructura clínica neurótica del sujeto dividido, la represión y el inconsciente, pero que al mismo tiempo no cuestiona las estructuras clínicas.
La clínica del vacío es una clínica que está caracterizada por el eclipse del deseo. Esta clínica no coincide con la psicosis, pero no se refiere tampoco a la denominada organización borderline de la personalidad. La clínica del vacío es una clínica que funciona en ausencia del inconsciente, en ausencia de lo que podemos llamar el síntoma metafórico, basado en la represión y el retorno de lo reprimido. El ejemplo más evidente de esta clínica del vacío es el de la anorexia: aquí el sujeto custodia un vacío disociado de la falta. Se aniquila el deseo y en esta medida no puede transformar el vacío en falta. Hay un proceso en el que se borra toda huella del sujeto del inconsciente. De esta forma hay únicamente un goce narcisista, un goce uno sin partenaire sexual. Es todo Yo y el sujeto queda totalmente disociado del Otro. Es el paradigma “frío” más puro de la clínica del vacío.
¿Quiere esto decir que la clínica del vacío haría referencia a una estructura clínica perversa o psicótica?
La clínica del vacío tiene en común con la psicosis y la perversión la primacía de lo real y de lo imaginario sobre lo simbólico. Primacía de lo real quiere decir aquí desregulación pulsional. Primacía de lo imaginario basada en la fetichización del Yo y de sus objetos. Ni lo real ni el yo quedan vinculados al inconsciente. Falla lo simbólico, el Ideal que se transmite por la metáfora paterna,
La figura del padre que defiendes cuando hablas del complejo de Telémaco y que sustituiría a la del que surge del complejo edípico, ¿no es demasiado amable como para ser un agente de la prohibición? ¿Consideras necesario, como hacen algunos, reivindicar la autoridad de este padre en declive para restablecer este orden simbólico en crisis?
Cuando hablamos del padre que está en declive estamos hablando del padre de la ideología patriarcal, que no es otra cosa que el Padre-Amo. No lo podemos idealizar. Su voz es la de una ley que excluye la excepción y la de una autoridad que excluye el deseo. Su pedagogía es de naturaleza fascista. Este padre es el que habita las pesadillas de la neurosis, es el de la ley, que goza al infligir su castigo. La neurosis no deja de ser una interpretación exclusivamente sacrificial de la ley. No capta, por citar una máxima evangélica, que no es el hombre el que está hecho para la ley, sino que es la ley la que está hecha para el hombre. Frente a la evaporación de esta figura de la paternidad no hay necesidad de sentir ninguna nostalgia.
¿Cuáles son las implicaciones políticas de este declive del padre? ¿Es Berlusconi un síntoma político de este declive del padre?
El berlusconismo ha mostrado los efectos de la caída del padre. Ha reducido al padre a la triste figura del “papi” en la que este aparece con la forma de la farsa. Ha invertido la idea del padre como símbolo de la Ley de la castración, que limita el goce, en la del “papi”. Es la expresión del goce que deviene la única forma de Ley.
También el movimiento 5 estrellas, ¿cuál es su papel respecto a este declive del padre?
En el movimiento 5 estrellas la figura de Grillo introduce, por el contrario, la figura de un padre cuya apariencia es la del hermano, pero cuya prepotencia restaura la del padre freudiano de la horda. Él ha generado el movimiento 5 estrellas, él lo puede deshacer cuando quiera. En el movimiento 5 estrellas se predica la igualdad pero, al igual que en la granja de animales de Orwell, hay alguien que es más igual que los otros…
Agradecemos a Massimo Recalcati sus breves pero condensadas palabras. Y a Silvia Grases por habernos puesto en contacto con él y haber traducido sus respuestas.
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