Escrito por Luis Roca Jusmet
Escrito por Luis Roca Jusmet
El autor es el psicoanalista gallego Manuel Fernández Blanco y el librito se llama El lenguaje del Yo en la modernidad. Lo primero que hace es describir lo que es el Yo para la tradición psicoanalista freudiano-lacaniana: no es innato es algo adquirido. Se origina a partir del estadio del espejo, es decir la contemplación de la propia imagen en un espejo o a través del semejante. Esta experiencia se realiza entre los 16 y los 18 meses. Con la autoimagen el organismo se transforma en un cuerpo, que es la base del yo. Es una imagen acabada y total. Algunas patologías graves aparecen cuando no se da esta construcción del cuerpo. Esto sucede en el autismo o en psicosis infantiles. Estos niños no pueden constituir un yo y no saben diferenciar entre el interior y el exterior. La construcción del cuerpo en el estado del espejo produce sentimientos ambivalentes : por un lado júbilo y por otro angustia. la imagen me la da el otro y también puede desposeerme de ella. Es la agresividad hacia el semejante. esta es la identidad imaginaria del sujeto.
La identidad simbólica viene dada por el Ideal del Yo. El Yo ideal de cada cual se subordina a este Yo ideal, lo imaginario a lo simbólico. La imagen que proyectamos de nosotros mismos debe seguir el modelo del Ideal interiorizado. El ideal del Yo reprime la pulsión y esto produce una neurosis generalizada en la civilización.Pero actualmente hay una caída del Ideal y un imperativo de gozar. El superyo no es represivo sino que está aliado con la pulsión. El imperativo no frena el goce sino que lo potencia : gozar es una obligación. Pasamos del neurótico al perverso. Se elimina la culpa. Este imperativo del goce no lleva a la felicidad sino al malestar, a la depresión generalizada esto ocurre porque la felicidad es un deber y nadie entiende ni acepta sus límites.
En este contexto hay un delirio yoico. El yo está inflado. No hay problema de autoestima porque todos queremos nuestra imagen. Es un yo que dice : "tengo derechos", "soy víctima", "yo quiero". El un yo sin responsabilidad : los derechos no comportan obligaciones; considerar víctima de alguien o de algo significa que no nos hacemos responsables de lo que somos o lo que hacemos : siempre podemos culpabilizar al Otro, aunque sea "la sociedad" o "el sistema". El yo no espera : lo que quiere lo exige ahora. El yo habla y no escucha, solo se escucha a sí mismo. En lugar de diálogos hay monólogos interrumpidos. nadie se responsabiliza tampoco de lo que dice y de los efectos de su palabra. En nombre de "la sinceridad" o "la espontaneidad" lo podemos decir todo, cuando queramos y a quien queramos. Igual que la culpa se elimina también la vergüenza : mostramos lo que la represión ocultaba.