Escrito por Luis Roca
Jusmet
Jacques Lacan y Michel
Foucault son para mí dos de las mentes más potentes del siglo XX.
No pertenecen a la misma generación ( Lacan nace en 1908 y Foucault
en 1926) pertenecen a un mismo entorno intelectual. El de un
pensamiento creativo y renovador, tan polémico como interesante.
Tuvieron influencias comunes, como la de Heidegger. Puntos de
conexión como Georges Bataille. Un espíritu libre, una autocrítica
permanente, un espíritu de investigación sin limites. Los dos
tuvieron influencias del estructuralismo pero lo superaron.
El psicoanálisis con el que
debatió Foucault, el que más le interesaba era el psicoanálisis
lacaniano. Elisabeth Roudinesco, que escribió una interesante
biografía sobre Lacan, comenta que éste saludó favorablemente la
aparición de La historia de la locura de Foucault y que éste
escrito le inspiró su texto Kant con Sade. También
cita la presencia de Lacan en la conferencia de Foucault "¿ Qué
es un autor?" sobre el discurso. Lacan escribiría después su
teoría de los cuatro discursos. Foucault, por su parte, es posible
que asistiera a alguno de los seminarios de Lacan. Pero seguramente
Foucault fue influenciado por los escritos de Lacan, en el tema del
sujeto y en el de la verdad. En su último curso Foucault dice explícitamente que antes que él los únicos que habían tratado la relación entre estos dos conceptos fueron Heidegger y Lacan ( aunque también dice que él se considera más en la línea heideggeriana).
Jean
Allouch es un psicoanalista de influencia lacaniana y foucaultiana.
Escribe un libro tan interesante como polémico. Se titula El
psicoanálisis ¿ es un ejercicio espiritual ? Respuesta a Michel
Foucault. Allouch intenta una lectura posible del psicoanálisis
lacaniano compatible con el discurso de Foucault. Foucault se
desmarca, como ya he comentado, del Anti-Edipo de su amigo Deleuze en
el Anti-Edipo y su invitación a no piscoanalizarse y a denunciar el
psicoanálisis como un poder pastoral. Pero de todas formas Foucault,
en su primer libro de La historia de la sexualidad
presenta
el psicoanálisis como una derivación de la confesión cristiana.
Algún psicoanalista le contestará que se equivoca, que al confesar
hablamos de lo que sabemos y en un análisis de lo que no sabemos. En
todo caso Allouch presenta una propuesta sorprendente : Considerar el
psicoanálisis como un ejercicio espiritual. En contra de las
apariencias considera que ni Foucault ni Lacan rechazan este término.
Al contrario, muchas veces lo reivindican.
En el
caso de Foucault hay toda una evolución de sus trabajos que le
conduce a la cultura grecorromana clásica y a otro filósofo que de
entrada nada tenía que ver con él : Pierre Hadot. Éste último
siempre había defendido que la filosofía, sobre todo la antigua,
era una forma de vida y un ejercicio espiritual. Ejercicio espiritual
no en sentido religioso sino como una transformación subjetiva. Se
trata de un acceso del sujeto a una verdad que le transforma.
Curiosamente siempre se había considerado, siguiendo el tópico, a
Foucault y a Lacan como estructuralismo y una cuestión central de
estos era la eliminación del sujeto. Pero Foucault recupera el
sujeto y lo reivindica como el eje central de sus trabajos : los
procesos de subjetivización. Lacan, por su parte, había superado
una primera etapa en la cual es la estructura del lenguaje y el
significante lo determinante. Se va abriendo al sujeto del
inconsciente. Lacan tampoco hacia ascos a la expresión "ejercicios
espirituales" y en algún momento la reivindica.
Foucault
y Lacan son así los dos grandes investigadores de los modos de
subjetivización y su relación con la verdad. Los dos proponen
trabajo espiritual para trasnformarse, para acceder a otro estado.
Los dos defienden, en cierta forma, una estética de la existencia.
Para los dos su obra forma parte de su vida. Los dos nos invitan a
leer su obra porque tendrá para nosotros, si la leemos con alegría
y con atención, un efecto transformador. No nos hará mejores pero
nos hará más veraces.
Tanto Lacan como Foucault buscaron en las tradiciones más genuinas del Extremo Oriente algo que no encontaron en la occidental. Lacan en la china y Foucault en la japonesa. Como Heidegger, como Bataille.
Tanto Lacan como Foucault buscaron en las tradiciones más genuinas del Extremo Oriente algo que no encontaron en la occidental. Lacan en la china y Foucault en la japonesa. Como Heidegger, como Bataille.
La mirada de ambos hacia Oriente nos indica tal vez el camino de la reflexion, algo que en este aqui ahora tan veloz se va extinguiendo lentamente, el mismo criterio podria aplicarse a la medicina, que a pesar de sus avances deja de lado la experiencia china, luego de mas de tres mil años con sus ejemplos sobre ancianidad podria conjugarse en un mayor equilibrio de tecnologia y practica desde un subjetivo camino del medio.-
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