Escritos y conferencias 1. En torno
al psicoanálisis.
Paul Ricoeur
Presentación de Jean-Louis Schlegel
Artículo de Vinicio Busacchi
( Traducción de Agustín Niera Calvo)
Madrid : Trotta, 2013.
Escrito por Luis Roca Jusmet
El libro que nos ocupa es una
interesante sistematización de los diversos artículos que escribió
a lo largo de su vida sobre psicoanálisis. Son una excelente
aportación de Ricoeur a la relación entre filosofía y
psicoanálisis, encuentro difícil, siempre algo fallido, pero que no
por ello deja de ser fecundo. Freud desconfió de la filosofía
académica, aunque admiraba a los clásicos, tanto de la filosofía (
Platón ) como de la literatura ( Sófocles, Shakespaeare). El
primero que estableció el lazo entre filosofía y psicoanálisis fue
Jacques Lacan. Ricoeur era contemporáneo de Lacan y asistió a casi todos
sus seminarios, aunque prácticamente no lo cita, como comprobamos en
estos artículos.
La presentación de Jean-Lois
Schlegel es una buena iniciación a la lectura de unos textos que
tienen un mismo hilo conductor, aunque traten de temáticas
diferentes. Algunos de ellos complementan bien el libro central de
Ricoeur sobre psicoanálisis ( Freud, una interpretación de la
cultura, escrito en 1962). Estos
artículos están referidos al arte ( “Una última escucha de
Freud”, 1962; “Psicoanálisis y arte”, 1976) o la moral (
“Psicoanálisis y valores morales”, 1974). Igualmente hay otro,
“El ateísmo del psicoanálisis freudiano”, escrito en 1996, que
presenta un indudable interés. El artículo final del italiano
Vinicio Busacchi, a modo de epílogo, también resulta muy
clarificador para acabar de encuadrar el conjunto de lo leído.
Hay dos
elaboraciones temáticas en las que quiero centrarme. Una es la
epistemología del psicoanálisis. Me parece muy relevante porque el
psicoanálisis ha sido justificado por los que se han adscrito a él
o simplemente rechazado por los que se sitúan en posiciones muy
cientifistas. Ricoeur realiza en dos de los artículos del libro (
“La cuestión de la prueba en psicoanálisis”, 1977;
“ Psicoanálisis
y hermenéutica”, 1978) un paciente trabajo analítico para ver
cual es su justificación y como hemos de valorarla desde un punto de
vista amplio, no restrictivo, de ciencia. Entendemos aquí por
ciencia lo que se fundamenta en algún tipo de contratación. Ricoeur
marca aquí varias cuestiones imprescindibles para este abordaje. La
primera es que es una ciencia hermenéutica, es decir, basada en la
interpretación y no en la descripción. La segunda que la realidad
de la que trata no es un hecho, es decir una realidad física. La
verdad del psicoanálisis no puede ser así una adecuación a los
hechos. Porque de lo que habla es de una realidad muy peculiar, que
es la realidad psíquica. Esta realidad psíquica es, de alguna
manera, una construcción narrativa del sujeto. La verdad será, por
tanto, el acceso a esta fantasía que estructura el relato de cada
cual. Para ello habrá que hacer una lucha contra las resistencias a
aceptarla. Aquí vemos la conexión que se da en el psicoanálisis
entre los conceptos teóricos, el procedimiento de investigación y
el método terapéutico. Porque es a través de este método
terapéutico cómo podemos acceder a la verdad psíquica de cada
cual. Es decir, que solo es posible en el marco del propio análisis
y de la comunicación intersubjetiva entre el psicoanalista y el
paciente. La fantasía se articula a través del deseo porque éste
es semántico, es significativo. El deseo es, de esta forma,
específicamente humano. Se trata de buscar no las causas sino las
motivaciones. Interpretando los sueños, los lapsus, los síntomas y
las palabras. Siempre a través de la mediación simbólica del
lenguaje, que le da una dimensión social y no únicamente privada.
Pero estos
dos artículos y la reflexión que derivan de ellos se completa con
un tercero que me parece excepcional, “Imagen y lenguaje en
psicoanálisis” ( 1979). Excepcional por la brillantez de este
denso y pequeño ensayo sobre el imaginario lingüístico, Es decir
sobre un intento de superar tanto el dualismo lacaniano ( que
establece entre el imaginario y lo simbólico) como el monismo de
Castoriaidis, que reduce lo simbólico ( el lenguaje) a un imaginario
radical.
El
segundo tema que he citado como fundamental es el del yo narrativo.
Esta me parece una de las grandes aportaciones de Ricoeur al tema de
la identidad personal. Es, de alguna forma, una tercera vía que
permite salir de la identidad sustantiva ( de la escolástica o de
Descartes) y su opuesto, la identidad como ficción ( como plantea
Hume o Nietzsche). Incluso el gran seudocientífico Antonio Damasio
ha incorporado esta noción de yo narrativo
en sus investigaciones sobre las funciones del cerebro humano. Para
esta elaboración Ricoeur recurre a los clásicos : La “poética”
de Aristóteles y el esquematismo de Kant. La vida es la
configuración de una trama tejida por la manera como nos explicamos
nuestra vida a nosotros mismos. Se trata de encontrar las estructuras
fundamentales y el hilo conductor que expliquen lo que somos. En
realidad, aunque no somos los autores ni los guionistas de nuestra
vida sí podemos ser los narradores de nuestra historia. Quizás sea
esta, dice Ricoeur, la función del tratamiento analítico :
posibilitarnos hacer de nuestras experiencias, incluidos los traumas,
un relato coherente. Incluso podríamos definir, dice, la
psicopatología como la imposibilidad de escribir la propia historia.
La narración, de todas maneras, es siempre incompleta. Porque ni
podemos escribir el principio ( concepción, nacimiento) ni tampoco
el final. En todo caso se traza un camino, un horizonte de espera, un
proyecto. “ la vida, un relato en busca de narrador” ( 1994) y un
texto anterior, “ El relato : su lugar en el psicoanálisis” son
los dos artículos que nos transmiten todas estas sugerentes
reflexiones.
Me gustaría
citar finalmente un artículo que no podemos olvidar ( “El self
según el psicoanálisis y según la filosofía fenomenológica”,
1986 ) porque nos explica, a partir de la analogía con una corriente
psicoanalítica ( la representada por Heinz Kohut) , los tres
caminos del reconocimiento humano por parte del otro: la de la lucha
a muerte ( Hegel), la del maestro que reconoce al discípulo (
Hursell) y la del otro como semejante ( Levinás).
Un
libro, en definitiva, muy interesante. ¿ Para quién ? Para todos
los interesados por la filosofía y el psicoanálisis. ¿ Críticas ?
Quizás dos.. Una es que que Ricoeur no acaba de sacar suficiente
partido de elementos introducidos por Lacan: lo
real
como lo insoportable, la diferencia entre goce y placer, la pulsión
como negación del instinto y, por tanto, de lo natural en el hombre.
Otro que esta narración siempre choca con la
roca del inconsciente. Es decir, que el margen que tenemos para ser
veraces en nuestra narración y no explicarnos cuentos sobre nosotros
mismos, es muy estrecho.
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