Escrito por Luis Roca Jusmet
El lazo que conecta el marxismo con el psicoanálisis está suficientemente justificado por el paralelo entre el movimiento político marxista y el movimiento psicoanalítico. En ambos casos estamos ante la paradoja de un saber ilustrado no tradicional, fundado en la relación transferencial con la insuperable figura del fundador ( Marx, Freud): el conocimiento no progresa a través de refutaciones y reformulaciones graduales de las hipótesis sino de un serie de “ retornos a ...” ( Marx, Freud). En ambos casos, estamos ante un campo del saber que es intrínsecamente antagónico : los errores no son simplemente externos al conocimiento verdadero, no son algo de lo que podamos liberarnos una vez que alcanzamos la verdad y, como tales son de interés puramente histórico, es decir irrevelantes para el estado actual del saber ( como es el caso de la física, la biología,etc.).En el marxismo, como en el psicoanálisis, la verdad emerge literalmente a través del error; es por ello que en ambos casos la lucha contra el “revisionismo” es una parte inherente a la teoría misma. La “estructura” entera, la relación entre el campo del saber y la subjetividad del “científico” difiere radicalmente de la ciencia positiva, así como de las formas tradicionales de conocimiento ( sabiduría iniciática, etc)
Slajov Zizek
Escrito por Luis Roca Jusmet
Paul Ricouer y Michel Foucault articularon una extraña afinidad entre ambos y Nietzsche al forjar el término de maestros de la sospecha. Evidentemente los tres desenmascaran a su siglo, distorsionado por el optimismo postivismo o hegeliano, desde la lucidez.
Marx y Freud son hijos de las ilustración y reivindican su legado, al contrario del antilustrado Nietzsche. Los tres son ateos militantes : nos son solo escépticos sino que ven en la religión un obsrtáculo no solo para la veracidad sino también para una propuesta ética o política coherente. Pero merece la pena profundizar algo más en sus semejanzas y diferencias,
No me ocuparé aquí de la relación entre los tres : voy a centrarme en la supuesta afinidad entre Marx y Freud. Si nos remitimos a los autores, Marx y Freud, poco hay que decir. Marx es anterior a Freud y éste critica la postura política socialista desde el marco de unas reflexiones sociales que la conciben como una ilusión. Y la ilusión, para Freud, es la proyección de un deseo, en este caso el deseo de una transformación radical que obtenga como resultado una sociedad de bienestar para los más. Podríamos quizás ironizar que, en este caso es el propio Freud el que desde su posición liberal de pequeño burgués ilustrado tampoco comparte este deseo. Pero la formulación teórica es que el malestar es propio de la civilización como tal y por tanto no hay salida que no sea ilusoria.
Marx y Freud son hijos de las ilustración y reivindican su legado, al contrario del antilustrado Nietzsche. Los tres son ateos militantes : nos son solo escépticos sino que ven en la religión un obsrtáculo no solo para la veracidad sino también para una propuesta ética o política coherente. Pero merece la pena profundizar algo más en sus semejanzas y diferencias,
No me ocuparé aquí de la relación entre los tres : voy a centrarme en la supuesta afinidad entre Marx y Freud. Si nos remitimos a los autores, Marx y Freud, poco hay que decir. Marx es anterior a Freud y éste critica la postura política socialista desde el marco de unas reflexiones sociales que la conciben como una ilusión. Y la ilusión, para Freud, es la proyección de un deseo, en este caso el deseo de una transformación radical que obtenga como resultado una sociedad de bienestar para los más. Podríamos quizás ironizar que, en este caso es el propio Freud el que desde su posición liberal de pequeño burgués ilustrado tampoco comparte este deseo. Pero la formulación teórica es que el malestar es propio de la civilización como tal y por tanto no hay salida que no sea ilusoria.
También
podemos añadir que Marx y Freud son dos autores muy alejados en sus
preocupaciones y sus posiciones teóricas y prácticas. Tienen algún
elemento sociológico común, como el ser originarios de familias judías
de la pequeña burguesía de la Europa germánica y pertenecer al mismo
siglo. Al mismo siglo pero en épocas diferentes, ya que cuando nació
Freud, Marx estaba en plena actividad teórica y práctica.
De
entrada aparecen como dos tradiciones absolutamente separadas y que no
tenían nada que decirse hasta que surgió la peculiar figura de Wilheim
Reich, discípulo de Freud que aunque acabó rompiendo con él siguió
utilizando parte de su aparato conceptual. Posteriormente se acercó al
marxismo acabando por afiliarse al partido comunista alemán, del que
acabarían por expulsarle. A pesar de tener un discurso algo delirante
Reich dejó un rastro que tendría una clara influencia sobre lo que luego
se llamó el freudomarxismo, cuyo representante más claro fue Hebert
Marcuse. Filósofo alemán emigrado a EEUU escribió en 1955 un libro, Eros y la civilización,
que se presentó precisamente como una síntesis entre Freud y Marx. El
libro tuvo audiencia entre el movimiento juvenil que se autoproclamaba
anticultura y que defendía una sociedad no represiva que consideraba la
base del capitalismo. Aunque ahora no pueda entrar en detalles pienso
que este camino fue absolutamente superficial y que estaba basado en una
mala lectura tanto de Marx como de Freud. Fue una moda cultural y
pienso que el propio movimiento, tanto de la dinámica del capitalismo
como de la propia izquierda, el que lo ha barrido. Tuvimos en nuestro
país un epígono, Carlos Castilla del Pino, que publicó en los años
setenta , en esta línea, su libro Psicoanálisis y marxismo, que de todas maneras es más recuperable que los textos del propio Marcuse.
En
otro marco sociocultural, el del pensamiento francés de los años
sesenta, surgieron dos iniciativas para buscar puentes de entre Marx y
Freud Por una parte la de Paul Ricouer que formuló su concepción de los
maestros de la sospecha, que los incluiría no solo a Marx y Freud, sino
también a Nietszche, rehabilitado unos años antes desde la izquierda
por Georges Bataille. Lo que planteaba Ricouer era que estos tres
autores representaban en el fondo, y desde diferentes perspectivas, la
crítica teórica radical a la sociedad burguesa, optimista y
bienpensante, del siglo XIX. Marx denunciaba la explotación y la
irracionalidad del capitalismo, más allá de su fachada de progreso
económico, político y social. Freud mostraba como el progreso se hacía a
costa de la represión y el malestar consiguiente. Y finalmente
Nietzsche nos enseñaba que detrás de la sociedad moderna no había otra
cosa que la moral del resentimiento de los débiles contra los fuertes.
Por
otra parte Michael Foucault también publicó un texto en el que
establecía coincidencias entre los tres autores, considerándolos los
tres críticos más lúcidos del idealismo, los defensores más brillantes
de un materialismo radical.
Louis
Althusser, de la misma generación, planteó un retorno a Marx que
consistiría en una nueva lectura rigurosa y sin concesiones, que
volvería a vincular a Marx y Freud como los hijos bastardos, no
queridos, de su siglo. Pero lo que plantearía este autor es que lo que
critican ambos es la ideología del capitalismo y lo hacen fundando dos
ciencias teóricas, el materialismo histórico. Sin entrar en toda la
polémica que generó Althusser considero que su planteamiento teórico fue
totalmente erróneo, ya que hay que reivindicar tanto la tradición
marxista como la psicoanalítica desde un estatuto diferente del de la
ciencia.
Hay
que hablar también, por supuesto, del que me parece uno de los
pensadores más interesantes de los que han establecido un puente entre
Marx y Freud. Es Cornelius Castoriadis, griego de origen, afincado desde
joven en París y uno de los grandes teóricos de la izquierda crítica
del siglo XX.. Castoriadis se psicoanaliza y se forma él mismo como
psicoanalista .A partir del descubrimiento de Freud realizará una
lectura crítica y rigurosa de este autor, como la que había hecho
anteriormente con Marx. Y en este sentido pienso que es él quién nos
enseña el camino. En primer lugar porque su lectura de Freud no es
escolástica, como tampoco lo era su lectura de Marx no se basa en
ningún caso en una sacralización de los textos. Castoriadis no busca ni
una síntesis ni un complemento forzado entre los dos autores. Los
trabaja a fondo, de forma rigurosa, para extraer de ellos todo lo que
puede una persona interesada en comprender y transformar el mundo en el
que vive. Y también porque Castoriadis prescinde de polémicas
artificiales respecto a la cientificidad de uno o de otro ; lo que le
interesa de ambos es que son pensadores rigurosos que quieren entender
la realidad, y lo hacen, de una manera rigurosa desde la experiencia.
Finalmente
tenemos al controvertido Slavoj Zizek, uno de los representantes más
potentes y sugerentes de la filosofia viva. Pero Zizek planteará que son
Lacan y Lenin los que darán el alcance universal a la obra de Freud y
Marx. Vale la pena recordar a partir de Zizek algunas de las
sorprendentes lecturas que Lacan hará de Marx.
A partir de esta pequeña reseña histórica quisiera formular una serie de propuestas:
1)
Olvidarnos de los prejuicios de algunos marxistas contra el
psicoanálisis. No me refiero solo a las pretensiones estalinistas de
crear una psicología soviética al estilo de Pavlov o de libros de los
años cincuenta como los de Georges Pollitzer.sino también a los que son
propios de algunos marxistas vinculados a la filosofía analítica.
2)
Olvidarnos de las vanas pretensiones de las síntesis freudomarxistas.
Marx y Freud hablan de cosas diferentes y cuando hablan de lo mismo no
coinciden la mayoría de las veces.. Esto quiere decir que cualquier
síntesis está condenada al fracaso porque lo que hace es conciliar
teorías que no pueden complementarse.
3)
Leer a Freud. Lo mejor que puede hacer un lector comprometido con la
tradición democrática y socialista radical, y por tanto con la verdad ,
es leer los textos de Freud dedicados a la crítica de la cultura. Estos
textos son El malestar de la cultural, el porvenir de la ilusión y la psicología de masas y análisis del yo. Estos textos plantean una serie de reflexiones muy interesantes sobre la condición humana.
4)
Leer a los dos autores contemporáneos de izquierdas que mejor han
trabajado estos textos, que son Cornelius Castoriadis y Slavoj Zizek.
Ni
Marx ni Freud escribieron sobre el Todo, se limitaron a pensar
radicalmente el presente en que vivieron, con valentía y con una común
ética de la verdad, de la lucidez. Aunque hablaban de cosas diferentes y
desde posiciones distintas. El único encuentro productivo, interesante,
entre Marx y Freud es precisamente el que resulta fallido. Es decir el
que crea divergencias, choques y también algunos posibles puntos de
contacto. El encuentro falso, el que paradójicamente fracasa, es el que
se presenta como no fallido, el que intenta presentar como
complementario lo que no lo
No hay comentarios:
Publicar un comentario